El reportero define su labor en la captación gráfica de la noticia. En esos casos, lo primordial es ese instante en el que un acontecimiento tiene lugar, y no tanto la calidad de la imagen o la fotogenia del retratado. Por eso, es cada día más corriente que muchos entrevistados –conscientes de la importancia que tiene la manera en que su imagen trasciende–, suministren “sus” propias fotografías. Fotografías elaboradas por un fotógrafo de galería y realizadas en otro contexto en el que tienen su importancia otros aspectos como la elección de un entorno adecuado, la selección de la vestimenta, el cuidado de los detalles, la disposición de una luz favorable a cada rostro…, etc.
Presidentes de empresa, Consejeros, Directores Generales, o responsables de grandes divisiones en cada entidad, son la tarjeta de presentación de la firma para la que trabajan. De estos altos cargos se espera la expresión de un talante edificante, respetuoso y educado, rasgos en los que se condensan valores de confianza, como una competente formación y una base moral. Y todo ello se compendia en “la imagen “gráfica” (la foto) que se pone en circulación.
Los ingleses dicen: “la primera impresión es la que cuenta”. Y, sin embargo, en España (a diferencia de otros países como los germánicos y anglo-sajones) conocemos a los grandes protagonistas de la economía nacional o de cualquier otro sector estratégico, sólo a través de instantáneas tomadas por la prensa, cuyo cometido es la noticia y no el tratamiento estético y el cuidado de todos esos elementos que conforman la buena imagen de un líder. ¿Cuántas veces no hemos visto (principalmente en los diarios) a políticos despeinados, con brillos en la cara, la corbata desplazada, o una desbordada barriga opulentamente alimentada? Pues un book corporativo al año, contribuye a equilibrar la delusoria idea que los votantes van elaborando de sus dirigentes, gracias a la versión espontánea que -por su propia razón de ser– la prensa suministra a diario.
¿Cuántas personas esconden sus credenciales o impiden que sus amigos les abran el pasaporte por la página donde figura la foto? Hoy en día, no hay feria, congreso o evento profesional en el que cada asistente haya de prenderse una tarjeta de identificación en la solapa. En muchas ocasiones ¡con foto!
La comunicación actual, en el universo internet, y a través de las redes sociales, multiplican sus formas en todo tipo de presentaciones audiovisuales. Contar con una imagen satisfactoria de uno mismo, no solo dignifica esa Memoria Anual de la Compañía, esa página web, blog, informe, currículo o entrevista de prensa. Evita además inconscientes procesos de subestima personal.
